Como parte de su recorrido por España, el archipopular escritor
George R. R. Martin ha hecho escala en Barcelona dps días. El jueves dio una conferencia interesantísima que quería ver pero que me perdí debido a motivos de salud. Por fortuna, el amigo y escritor
Sergio Sierra estuvo presente en el acto y ha hecho de corresponsal de la Biblioteca de Vorbarr Sultana en el mismo. He aquí su crónica.
La
Biblioteca Jaume Fuster ofreció el pasado 17 de Julio, en su sala auditorio (gracias al
Grup de Treball de Literatura Fantàstica i de Ciència Ficció del Col·legi Oficial de Bibliotecaris-Documentalistes de Catalunya) una magnífica charla-entrevista que tuvo como protagonista al escritor George R.R.Martin
.
Este novelista americano está considerado por muchos como uno de los mejores autores de fantasía del momento, así como un renovador del mismo género. Tras iniciar sus andaduras con obras como
Una Canción para Lya y
Muerte de la Luz los devenires de la vida le llevaron a convertirse en el guionista de la serie de televisión
La Bella y la Bestia para acabar asentándose en Hollywood como guionista de varios telefilmes y series de Tv. Cuenta él mismo que fue el hastío y la frustración al ver continuamente desperdiciada su capacidad creativa lo que le animó a abandonar el mundo de la televisión y regresar a la novela. Y ciertamente lo hizo de una manera gloriosa y épica, bajo el resonar atronador de tambores de guerra. George R.R.Martin
ha degustado las mieles de la victoria gracias a su saga inacabada
Canción de hielo y fuego. Fantasía épica, novela pseudo histórica, culebrón de intrigas políticas, guión de serie de televisión de difícil, por no decir imposible, adaptación, esta obra engloba una mezcolanza tan variada de elementos narrativos que sin duda está marcando un antes y un después en el género fantástico.
Martin es un hombre corpulento que se reconoce (y se le ve) amante del buen yantar y del mejor beber. Me habían comentado que durante sus primeras paradas en tiendas especializadas en Madrid y en Gijón, durante la Semana Negra, la impresión que a todo el mundo le había dejado el escritor era la de ser un hombre afable y entregado a sus fans, aún y manteniendo una distancia profesional bastante digna. Actitud que confirmó durante las dos horas aproximadas que duró la entrevista (bastante bien conducida por Albert Montenys) en el auditorio de la Biblioteca. Nada más entrar en el piso de arriba decidí echarle una foto con el móvil para enviársela a los colegas (si, y darles un poco de envidia) y el buen hombre tuvo el detalle de saludar con la mano haciendo gala de un buen humor que mantuvo hasta el final de la charla. Toda la entrevista se hizo en inglés, pero la biblioteca puso al servicio del que lo requirió unos auriculares que permitían la traducción simultánea - algo atípico sin duda, pero de agradecer (y más de haberme enterado antes de finalizar la charla).
El autor comenzó con la divertida anécdota de sus frustrantes inicios en sus primeras presentaciones, a las que no acudía nadie, o el que lo hacía resultaba que lo hacía por accidente. No recuerdo las muchas cosas que se le preguntaron porque la acústica del recinto, si bien era buena, continuamente se veía interrumpida (al menos en el piso de arriba) por el continuo entrar y salir de la gente. Se tocaron muchos temas sin llegar en ningún momento a las obviedades estúpidas. El público se comportó (bueno, hubo una fanplasta a la que se le abucheó merecidamente) y las preguntas que al final algunos plantearon fueron sin duda interesantes.
Sus respuestas acababan muchas veces en risas por parte de los oyentes, y es que el autor tiene don para la palabra convirtiendo una charla de dos horas en algo ameno e instructivo. Cuando se le preguntó por su opinión respecto a qué pensaba cuando le comparaban con Tolkien por la magnitud y calidad de su obra, el escritor humildemente desvió la pregunta y reconoció amar la obra de Tolkien a pesar de haberle cansado un poco de la continua tendencia de la literatura fantástica a convertir en tópicos ya cansinos los elementos de la obra del Maestro. Se habló de su manera de trabajar, horas y horas de dibujar mapas, árboles genealógicos, desarrollo de personajes, cronologías, llegando a reconocer el mismo autor que era imposible que con una obra de tal magnitud no cometiera errores, a veces difíciles de subsanar. Cuando le preguntaron si se arrepentía de haber matado a Robb Stark dijo que no, ya que lo que le había ocurrido a este personaje era la consecuencia lógica de sus actos. Esta premisa es una máxima en el desarrollo de sus personajes y en su destino.
Inevitablemente se le preguntó por el lento ritmo de sus últimos libros en comparación con las dos primeras entregas de la saga. El escritor entendía a la gente y le agradecía la pasión que demostraban por su obra, pero también quiso que la gente se pusiera en su lugar. Las convenciones a las que se le invitaba, las giras promocionales, las sesiones de firmas, cada vez más abundantes, retrasaban forzosamente su tiempo. También comentó que la dificultad creciente de satisfacer y sorprender a un público hambriento de sorpresas y calidad requería un mayor esfuerzo por su parte a la hora de ponerse a escribir.
Se hizo mención de su implicación en el proyecto de la serie de televisión basada en sus libros.
El escritor confesó que era nula, ya no sólo por carecer de tiempo sino por no haberle pedido nadie su opinión al respecto. Dijo que dudaba que fuera posible llevarla a cabo y que en caso de conseguir que así fuera los implicados deberían hacer frente a una horda de fans enfurecidos en caso de no satisfacerles el resultado.
Se presentó también de manera casual el libro de ilustraciones que la editorial Gigamesh ha publicado recientemente recopilando las ilustraciones de las portadas de los libros y las muchas ilustraciones relacionadas con la obra de Martin realizadas por el genial dibujante español
Enrique Corominas, del que ya postearé seguramente dentro de poco porque realmente merece la pena.
Mucho se dijo esa tarde y realmente valió la pena acudir a la cita con este genial novelista. Sinceramente, George R.R. Martin es un autor digno de admiración por lo que ha conseguido hasta ahora, pero personalmente creo que a un autor hay que valorarlo una vez ha finalizado su obra, no a mitad de ella. ¿Qué le depara el futuro a esta saga? ¿Llegaremos a verla finalizada o el destino nos jugará una mala pasada como ya ocurrió con Frank Herbert? Si finaliza ¿será un final satisfactorio? Si no finaliza (porque seamos sinceros, el físico no acompaña a este hombre) ¿aparecerá de manos de algún hijo suyo, si los tiene, algún texto suyo revelando, o apuntando, el final de la obra?
¡Ah!, sólo las entrañas de las aves lo saben, y no seré yo quien toque un asqueroso pájaro para averiguarlo.
Gracias de nuevo al amigo Sergio por permitirme reproducir la entrada de su página.