jueves, 28 de julio de 2011

Más extraño que la ficción: Error Humano

A lo largo de su carrera como escritor Chuck Palahniuk siempre ha mantenido que detrás de cada una de sus historias existe una historia verdaderas. Ya sean eventos vividos por el autor o historias explicadas por algún amigo o conocido, el hecho es que si uno se para a pensar hay historias cotidianas bizarras y estrambóticas que rozan lo irreal y son mucho más extrañas que cualquier producto que alguien pueda inventar.
Bajo esa premisa se recopilan en Error Humano (Stranger Than Fiction en su versión original) varios artículos, entrevistas y ensayos que el autor ha ido recogiendo como forma de contar las historias reales de personas que bien podrían formar parte del compendio de personajes creados por Palahniuk.
Una lectura amena y a ratos profunda de la pluma de uno de los autores más importantes de finales del s.XX.

miércoles, 20 de julio de 2011

De novela policiaca a urban fantasy: El camino blanco

John Connolly lo ha vuelto a lograr: me ha tenido en vela hasta bien entrada la madrugada para terminar la lectura de uno de sus libros. Como le ocurre a otros escritores que explotan sus personajes en una serie temí que el autor irlandés perdiese fuelle en Camino blanco, el cuarto libro centrado en las andanzas del detective Charlie "Bird" Paker. Más si cabe cuando Connolly retoma la trama de Perfil asesino, su anterior título, cuyo final me sorprendió como pocos libros han conseguido esto últimos años. Afortunadamente me equivoqué.
En Camino blanco el mundo de Charlie Parker da otro giro a la oscuridad cuando acepta seguir la pista de una muchacha desaparecida mientras espera el accidentado juicio del enloquecido predicador Faulkner. El detective recibe entonces la llamada de un abogado amigo suyo que le implora ayuda. Su cliente, un joven negro, ha sido acusado de violar y asesinar a su novia Marianne Larousse, hija de un rico industrial sureño cuya fortuna se remonta a los caciques esclavistas del s.XVIII. Con todo en contra suyo el detective viaja a Carolina del Sur donde se encontrará que pocas cosas han cambiado desde la Guerra Civil. Porque, como sabe bien, los ecos del mal acontecido en el pasado tienen consecuencias trágicas en el presente. Mientras los asesinatos se suceden las visiones de los muertos que claman justicia aumentan a la vez que la oscuridad que rodea al predicador Faulkner se contagia a todos los que entran en contacto con él. Con el tiempo en su contra, Parker intentará recomponer un rompecabezas de sangre, traición y violencia que amenaza con destruir no sólo a los implicados en el crimen sino a todo lo que les rodea. Porque los muertos han encontrado a un oscuro paladín en la figura de una fantasmagórica mujer deformada que surge de los pantanos olvidados para sembrar la muerte y que transita por la senda en la que los reinos de los vivos y los muertos se entrecruzan: el Camino Blanco.
Con esta cuarta novela de su serie el autor irlandés deja que los elementos sobrenaturales que permean en sus anteriores novelas tomen un protagonismo en la trama. Y pese a que resuelve la historia con explicaciones que podrían descartar la presencia de dichas fuerzas el lector sabe que no es así, pero en ningún momento se siente engañado. Esta resolución intenta que los personajes conserven su cordura en el oscuro mundo-colmena que es el universo del autor, un lugar donde todos los actos tienen sus consecuencias y el mal está presente a cada esquina. El mal engrendrado por los peores monstruos: los seres humanos.
Con cada libro Charlie Parker se parece más a otros personajes trágicos tocados por lo sobrenatural (me vienen a la cabeza John Constantine, Harry Dresden e incluso Max Payne), pero ese tinte de lo mágico y lo irreal sirve para darle entidad al personaje sin desprestigiar para nada a la ficción urban fantasy en que se interna la serie.
¿Qué hacéis que no compráis la serie ya mismo? Y, si podéis, leedlos escuchando alguna de las obras más oscura de Philip Glass (como Koyaanisqatsi o The Fog of War) y tendréis el ambiente perfecto para disfrutar de un descenso a la oscuridad.


viernes, 15 de julio de 2011

Un agradable y terrorífico descubrimiento: Parientes pobres del diablo

Cada vez más me limito a leer las obras de un puñado de autores que ya conozco. Es lo que pasa tras leer libros que te saben a poco o que directamente te estafan con artificios de forma. El problema es que si no pruebas algún autor desconocido corres el peligro de perderte buenos libros. Por fortuna para mí todavía hago experimentos de lectura con resultados excepcionales (ya sólo el descubrimiento de John Connolly merece cualquier libro malo que lea este año). En el caso de Parientes pobres del diablo, de Cristina Fernández Cubas, el resultado ha sido positivo.
Este volumen está formado por tres cuentos cortos de la autora: La fiebre azul, Parientes pobres del diablo y El moscardón. Los tres comparten elementos fantásticos que, por lo menos a los dos primeros, los convierten en cuentos de terror, mientras que en el último la autora intenta jugar con la dualidad demencia senil-fastasmas del pasado pero que no acaba de convencerme.
La joya del recopilatorio es el cuento que da nombre al libro. En él asistimos a una coincidencia que dará como fruto la búsqueda de una leyenda desconocida: la de una estirpe secreta y maldita de descendientes de demonios. La habilidad de la autora de envolver lo cotidiano en una aura ominosa hace de Parientes pobres del diablo (y en cierta manera también a La fiebre azul) un cuento que bien podría haber sido publicado en los años de gloria de la revista Weird Tales.
Un breve e interesante recopilatorio, ideal para leer de una sentada.

De María Tifoidea a dios: Rant

De las diversas novelas de Chuck Palahniuk que he leído hasta la fecha, Rant es probablemente la más estrafalaria, estrambótica, rebuscada y una de las más divertidas.
El libro está narrado como una biografía oral en la que un autor sin citar entrevista a varias personas acerca de Buster "Rant" Casey, el protagonista del al novela. La historia está claramente dividida en dos partes. En la primera Palahniuk nos pista una visión costumbrista de un pequeño pueblo cualquiera de la Norteamérica moderna, sazonado con la ironía, humor negro y la transgresión tan propia de su prosa. En un pueblo de paletos Rant sabe que está destinado a algo grande. El día que se infecta por primera vez con la rabia su destino queda sellado: será un superpropagador de la enfermedad. Decidido a probar suerte en la ciudad, ahí conoce a una pandilla de "correjuergas", fanáticos del deporte ilegal de conducción temeraria y choque contra vehículos que se practica en la sociedad de los Nocturnos, ciudadanos de segundo orden que sólo pueden salir de noche y vivir de día. La entrada de Rant en ese grupo traerá consecuencias que afectarán el pasado, presente y futuro de todos.
Uno de los mayores logros de Rant es que el autor logra mantenerte atento todo el libro como si de un documental se tratara. Y, cuando menos te lo esperas y te has montado tu esquema mental del libro, hace un giro alocado, saltando de géneros hasta la ciencia ficción hard, con matices orwellianos que, aun desconcertando al lector, no pierde en ningún momento la fuerza ni el impulso inicial.
Rant es un libro que esconde un complejo desarrollo por parte del autor, que se ríe de los convencionalismos de géneros y arremete una y otra vez contra la moralidad y la autoridad.
Un buen libro de un gran autor, que no merecía para nada la horrorosa portada que le han colocado en su edición española.

jueves, 7 de julio de 2011

El viento susurra maldades: La casa vacía

El británico Algernon Blackwood fue uno de los escritores más prolíficos en el cuento de terror. A caballo entre el lirismo de Lord Dunsany y el horror cósmico de H.P. Lovecraft (quien le consideraba uno de los maestros modernos del terror), Blackwood construyó sus relatos en base a las muchas experiencias durante sus viajes, en especial su estancia en los bosques de Canadá. De esa estada nacen cuentos como El Wendigo (no incluído en esta antología), Lobo corredor o El valle de las bestias (sí incluídos).
Pero como bien atestigua su título, La casa vacía también posée historias de terror urbano (como la que da nombre al volumen). Las casas de Blackwood son extrañas, inquietantes y ruinosas, con pasillos donde el viento parece cantar como las banshees. Lo sobrenatural en estos cuentos se aleja del periodo gótico y, al igual que con M.R. James, Robert E. Howard o H.P. Lovecraft, se vale de lo cotidiano para despertar un escalofrío al lector.
La casa vacía está compuesta por catorce cuentos, todos ellos más que recomendables para pasar una deliciosa tarde de terror.

Verdades como puños: Las chorradas de mi padre

El aspirante a guionista Justin Halpern tenía 28 años cuando aceptó un empleo de columnista para Maxim que le permitiría trabajar desde su casa y mudarse a vivir con su novia. Claro que ella no opinó lo mismo y lo dejó plantado en la calle. Compuesto y sin novia no tuvo más remedio que pedir asilo en casa de sus padres. Claro que había un pequeño problema: Sam, el padre de Justin, parece un híbrido entre Sócrates y Atila el Huno. No es que sea un mal tipo, simplemente la palabra "diplomacia" no existe en su vocabulario. Y además se acababa de jubilar, con lo que se pasaba el día entero en casa.
Fue precisamente ese compendio de consejos disfrazados de exabruptos lo que hizo que Justin abriera una cuenta de Twitter (@shitmydadsays) para compartir la "sabiduría" de Sam. En apenas unas semanas sus seguidores se contaban a miles. Los productores de TV iban detrás suyo para hacer una serie de TV basada en el personaje de su padre (Sh*t my dad says, que finalmente interpretaría ni más ni menos que William Shatner).
Justin publicó Sh*t my dad says, un recopilatorio de anécdotas y de las mejores frases que aquí han titulado Las chorradas de mi padre (nombre con el que se ha traducido la serie de TV).
Lejos de ser un mero fenómeno mediático, las páginas de Las chorradas de mi padre contiene perlas de sabiduría presentadas como vitriolo escupido. Queda claro que Sam Halpern es una persona que, si bien carece de tacto en la mayoría de situaciones, profesa un amor indiscutible hacia su familia. El texto, si bien breve, es lo más desternillante que he leído en mucho tiempo y, por encima de todo, se entrevee que no es un producto falseado. Y es esa honestidad la que hace que, pese a su carácter, el lector acabe por caerle bien Sam.
Además, si encima lo lees imaginando que es William Shatner quien habla, la combinación es explosiva.
Un texto imprescindible, no sólo para pasar el rato sino como ensayo filosófico.

lunes, 4 de julio de 2011

Fantasmas tangibles: Corazones perdidos

El profesor Montague Rhodes James (conocido bajo su nom de plumme M.R. James) fue una figura destacada durante el primer cuarto del siglo XX por sus cuentos de terror, mas en concreto cuentos de fantasmas. Buen conocedor de sus precursores góticos, el profesor James se dedicó a desembarazarse de todos los elementos sobreutilizados por los autores góticos. En su obra los escenarios son pequeños pueblos, parajes abandonados, casas de campo. Sus fantasmas son tangibles, su presencia se nota más que se vé, y cuando se topan con algún desgraciado conducen a la locura o la muerte. Los protagonistas suelen ser anticuarios o profesores con intereses en lo antiguo, diletantes cuya curiosidad pueden pagar cara.
No es extraño que sus cuentos fascinaran e inspirasen a H.P.Lovecraft, y sentasen las bases sobre las que el autor de Providence demoliera la vieja guardia gótica con sus horrores cósmicos y el nacimiento del cuento de horror moderno.
En Corazones perdidos se recopilan las cuatro antologías que se publicaron en su día con los cuentos de fantasmas de M.R. James, así como algún que otro cuento que no había visto la luz en castellano. Como siempre, la edición de Valdemar es impecable y la inclusión a modo de prefacio del fragmento del ensayo clásico de Lovecraft El horror sobrenatural en la Literatura correspondiente a M.R.James.
La brevedad de los cuentos del profesor James no hace más que potenciar un estilo en el que la sensación de horror se va introduciendo a través de detalles mundanos, y es tal su dominio que uno puede sentarse a leer la obra completa sin tener la sensación de estar leyendo una y otra vez el mismo texto.
Una antología indispensable para entender a uno de los autores clave (y menos conocidos en España) de la literatura de terror.