Cada vez más me limito a leer las obras de un puñado de autores que ya conozco. Es lo que pasa tras leer libros que te saben a poco o que directamente te estafan con artificios de forma. El problema es que si no pruebas algún autor desconocido corres el peligro de perderte buenos libros. Por fortuna para mí todavía hago experimentos de lectura con resultados excepcionales (ya sólo el descubrimiento de John Connolly merece cualquier libro malo que lea este año). En el caso de Parientes pobres del diablo, de Cristina Fernández Cubas, el resultado ha sido positivo.
Este volumen está formado por tres cuentos cortos de la autora: La fiebre azul, Parientes pobres del diablo y El moscardón. Los tres comparten elementos fantásticos que, por lo menos a los dos primeros, los convierten en cuentos de terror, mientras que en el último la autora intenta jugar con la dualidad demencia senil-fastasmas del pasado pero que no acaba de convencerme.
La joya del recopilatorio es el cuento que da nombre al libro. En él asistimos a una coincidencia que dará como fruto la búsqueda de una leyenda desconocida: la de una estirpe secreta y maldita de descendientes de demonios. La habilidad de la autora de envolver lo cotidiano en una aura ominosa hace de Parientes pobres del diablo (y en cierta manera también a La fiebre azul) un cuento que bien podría haber sido publicado en los años de gloria de la revista Weird Tales.
Un breve e interesante recopilatorio, ideal para leer de una sentada.
Este volumen está formado por tres cuentos cortos de la autora: La fiebre azul, Parientes pobres del diablo y El moscardón. Los tres comparten elementos fantásticos que, por lo menos a los dos primeros, los convierten en cuentos de terror, mientras que en el último la autora intenta jugar con la dualidad demencia senil-fastasmas del pasado pero que no acaba de convencerme.
La joya del recopilatorio es el cuento que da nombre al libro. En él asistimos a una coincidencia que dará como fruto la búsqueda de una leyenda desconocida: la de una estirpe secreta y maldita de descendientes de demonios. La habilidad de la autora de envolver lo cotidiano en una aura ominosa hace de Parientes pobres del diablo (y en cierta manera también a La fiebre azul) un cuento que bien podría haber sido publicado en los años de gloria de la revista Weird Tales.
Un breve e interesante recopilatorio, ideal para leer de una sentada.
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