Kim Stanley Robinson es un caso especial en el mundo de la CF. Sus novelas combinan la
hard SF con un escenario de un futuro tan cercano que podríamos estar viviéndolo. Su
Trilogía de Marte y en especial
Antártida son ejemplos claros de que la ciencia ficción no trata de marcianitos verdes desde hace mucho tiempo. Precisamente en
Antártida encontramos el origen de
Señales de lluvia, primer volumen de la trilogía
Ciencia en la capital. Algunos de los personajes de Antártida se mencionan en este libro y viceversa, aunque no es necesario su lectura, pero sí algo muy recomendable. Robinson nos presenta un puñado de personajes relacionados con la ciencia y los nucleos de poder de Washington y sus reacciones ante la crisis que va a desatarse debido a la dejadez ante un problema tan grave como el calentamiento global. Al igual que hizo con
Antártida, el autor no se dedica a dar sermones, sino que muestra con ejemplos que podríamos encontrar a diario el hecho de que quizás sea demasiado tarde para hacer algo. Los protagonistas dejas mucho de ser héroes, todo lo contrario. Son personas normales con vocación científica que se ven atrapados en una situación que distan mucho de controlar.
El mayor problema que tiene
Señales de lluvia es que sirve como presentación de la trilogía y en ella se encauzan tramas que quedan obviamente abiertas. Y es un problema grave para los que no sepan leer inglés porque la editorial Minotauro sólo ha editado este volumen (publicado en el 2004) prescindiendo de
Fifty Degrees Below y
Sixty Days and Counting, los otros dos títulos de la serie. Y ahora que estamos a las puertas de
una nueva novela de Robinson, mucho me temo que quedarán inéditos para el lector hispanohablante. Podríamos buscar la causa en el intento de hacer pasar
Señales de lluvia por un
best seller (algo que ya hicieron con
Tiempos de arroz y sal), algo que no salió todo lo bien que se esperaba.
Un buen libro que sirve como aperitivo de una serie interesante, injustamente ignorado en nuestro país.
Señales de lluvia es el libro número 2 del reto de lectura de las 52 semanas.