Muchos son los escritores a los que se les ha querido conceder el títulos del "nuevo Robert A.Heinlein" pero en la actualidad el único candidato indiscutible es sin duda alguna el escritor norteamericano John Scalzi. Con La vieja guardia, su primera novela, logró quedar finalista al codiciado premio Hugo.
John Perry es un anciano en una Tierra de un futuro indeterminado que tras la muerte de su mujer ha aceptado la posibilidad de enrolarse a los 75 años en las misteriosas Fuerzas de Defensa Coloniales, que poseen una terapia secreta de rejuvenicimiento a aquellos que ingresen en sus filas a cambio de no regresar jamás a la Tierra. Pronto descubrirá que el trato no es tan suculento como parecía y deberá enfrentarse a sus ideas preconcebidas sobre el lugar de la Humanidad en el Universo y a los fantasmas de su pasado.
Indiscutiblemente dos son las obras de las que Scalzi bebe para componer el universo de La vieja guardia: Tropas del Espacio del referido Heinlein y La guerra interminable de Joe Haldeman. Sin embargo el protagonista principal de la novela difiere mucho del Johnie Rico de Heinlein o el William Mandella de Haldeman, en tanto que no va impulsado por un fervor patriótico ni se para a reflexionar sobre la moralidad de sus propias acciones. Es en este simplismo de los personajes donde la novela pincha más. Pese a que no parecen forzados, los personajes de Scalzi pecan de una falta de profundidad a veces abrumante. Otro problema del libro es su ritmo. El autor destina demasiadas páginas a eventos que podrían resolverse rápidamente y en cambio apresura muchos acontecimientos, con lo que queda la sensación de estar leyendo la mitad de un libro. Sin embargo hay que recordar que nos encontramos ante una primera novela y que muchas de las ideas que plantea el autor son lo suficientemente interesantes como para mantenernos enganchados.
Pese a los inconvenientes citados, La vieja guardia cumple perfectamente su papel como libro de entretenimiento rápido que uno espera de la space opera clásica propia de los años 60, a la vez que da que pensar sobre un autor que en unos años podría demostrar su valor como uno de los pesos pesados de la CF de esta década. En resumen, un buen comienzo para una serie que cuenta ya con cinco títulos publicados, muy recomendable para todos aquellos que añoran los años de oro de la space opera.
La vieja guardia es el libro número 4 del reto de lectura de las 52 semanas.
John Perry es un anciano en una Tierra de un futuro indeterminado que tras la muerte de su mujer ha aceptado la posibilidad de enrolarse a los 75 años en las misteriosas Fuerzas de Defensa Coloniales, que poseen una terapia secreta de rejuvenicimiento a aquellos que ingresen en sus filas a cambio de no regresar jamás a la Tierra. Pronto descubrirá que el trato no es tan suculento como parecía y deberá enfrentarse a sus ideas preconcebidas sobre el lugar de la Humanidad en el Universo y a los fantasmas de su pasado.
Indiscutiblemente dos son las obras de las que Scalzi bebe para componer el universo de La vieja guardia: Tropas del Espacio del referido Heinlein y La guerra interminable de Joe Haldeman. Sin embargo el protagonista principal de la novela difiere mucho del Johnie Rico de Heinlein o el William Mandella de Haldeman, en tanto que no va impulsado por un fervor patriótico ni se para a reflexionar sobre la moralidad de sus propias acciones. Es en este simplismo de los personajes donde la novela pincha más. Pese a que no parecen forzados, los personajes de Scalzi pecan de una falta de profundidad a veces abrumante. Otro problema del libro es su ritmo. El autor destina demasiadas páginas a eventos que podrían resolverse rápidamente y en cambio apresura muchos acontecimientos, con lo que queda la sensación de estar leyendo la mitad de un libro. Sin embargo hay que recordar que nos encontramos ante una primera novela y que muchas de las ideas que plantea el autor son lo suficientemente interesantes como para mantenernos enganchados.
Pese a los inconvenientes citados, La vieja guardia cumple perfectamente su papel como libro de entretenimiento rápido que uno espera de la space opera clásica propia de los años 60, a la vez que da que pensar sobre un autor que en unos años podría demostrar su valor como uno de los pesos pesados de la CF de esta década. En resumen, un buen comienzo para una serie que cuenta ya con cinco títulos publicados, muy recomendable para todos aquellos que añoran los años de oro de la space opera.
La vieja guardia es el libro número 4 del reto de lectura de las 52 semanas.
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