No es la primera vez que reitero mi admiración por el polifacético Stephen Fry, uno de los pocos autores en vida que puede ser considerado como un verdadero genio. Su honestidad y su sencillez sólo hacen que confirmar esta afirmación. Como muestra os dejo la última entrada de su blog, un joya sobre las dificultades de escribir y su obsesión por la forma de trabajar de los escritores. Podéis leer el texto (en inglés, obviamente) aquí.
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