Otra reseña y otro libro de Chuck Palahniuk. Y no es para menos ya que Pigmeo, último libro traducido del autor norteamericano es una bomba de relojería en más de un sentido.
Pigmeo es el apodo que recibe un estudiante de intercambio de un país indeterminado (una especie de Corea del Norte desdibujada hasta la caricatura) que llega a los Estados Unidos para pasar unos meses en el seno de una familia de clase media. Pero el enclenque Pigmeo es en realidad el agente 67, encargado junto aun grupo de compatriotas seleccionados y criados por el Estado para castigar al enemigo americano y cometer el peor atentado terrorista que ha visto el mundo. Lo que el muchacho no sospecha es que la "degenerada América" quizás le afecte más de lo que sus hormonas pueden controlar...
En Pigmeo, Palahniuk se atreve con un tema como el terrorismo, que todavía es tabú para muchos de sus compatriotas. Y lo hace como una espada de doble filo que no sólo ridiculiza al radicalismo de algunos paises orientales sino que además ataca sin piedad a la hipocresía yanqui, su doble moral, su falta de dirección cultural, su hiperconsumismo que atrofia el cerebro... Con esta novela el autor de El club de la lucha vuelve a demostrar que no tiene miedo de desarrollar nada de lo que salga de su retorcida inspiración y que, puestos a criticar, hay que tirar con plomo contra todo y contra todos.
Otra muestra del buen hacer de un Chuck Palahniuk en plena forma.
Pigmeo es el apodo que recibe un estudiante de intercambio de un país indeterminado (una especie de Corea del Norte desdibujada hasta la caricatura) que llega a los Estados Unidos para pasar unos meses en el seno de una familia de clase media. Pero el enclenque Pigmeo es en realidad el agente 67, encargado junto aun grupo de compatriotas seleccionados y criados por el Estado para castigar al enemigo americano y cometer el peor atentado terrorista que ha visto el mundo. Lo que el muchacho no sospecha es que la "degenerada América" quizás le afecte más de lo que sus hormonas pueden controlar...
En Pigmeo, Palahniuk se atreve con un tema como el terrorismo, que todavía es tabú para muchos de sus compatriotas. Y lo hace como una espada de doble filo que no sólo ridiculiza al radicalismo de algunos paises orientales sino que además ataca sin piedad a la hipocresía yanqui, su doble moral, su falta de dirección cultural, su hiperconsumismo que atrofia el cerebro... Con esta novela el autor de El club de la lucha vuelve a demostrar que no tiene miedo de desarrollar nada de lo que salga de su retorcida inspiración y que, puestos a criticar, hay que tirar con plomo contra todo y contra todos.
Otra muestra del buen hacer de un Chuck Palahniuk en plena forma.
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