jueves, 16 de julio de 2009

Los nombres dan forma al mundo: El nombre del viento

Uno de los mayores problemas de la literatura fantástica es la necesidad de suceder al bueno de Tolkien como primera figura. Varias veces al año (o incluso varias veces al mes) aparece un autor cuya editorial no duda en publicitar como "el nuevo Tolkien" que revitalizará un género que, pese al menor número de títulos publicados al años que la ciencia ficción, lleva años estancado salvo notables excepciones. En lugar de buscar sus propias virtudes el debate parece estar dividido en pro-tolkienianos contra antitolkienianos.
Por fortuna, como volvió a demostrarnos el bueno de George R.R.Martin, aún queda mucho terreno por explorar si nos centrarmos a no ser la sombra de nadie. Patrick Rothfuss es un claro ejemplo de ello. El nombre del viento, su primera y única novela hasta la fecha, es una buena muestra de ello.
En una posada de un pueblo perdido entre caminos remotos aparece un viajante que se hace llamar el Cronista. Su intención es clara: desea oir la verdadera historia del posadero. Porque lejos de tratarse de un huraño paleto ese hombre es Kvothe, el Asesino del Rey, arcanista, músico, aventurero, objeto de habladurías, historias y, por encima de todo, leyendas. Kvothe aceptará de mala gana contar su historia durante tres noches.
El nombre del viento representa el primer volumen de una trilogía, la primera noche en la que Kvothe explicará su niñez entre los nómadas Ruh, su toma de contacto con lo Arcano y, por encima de todo, la aparición de los Chandrian, los demonios inmortales de tiempos antaños, que le pondrán en camino de la Universidad en una búsqueda de conocimiento y poder para vengarse, un poder que parece poseer el misterioso Elodin, maestro nominador de la Universidad, el único que conoce el verdadero nombre del viento.
Con estas líneas parecerá que se trata de otra novela típica y tópica sólo para amantes de lo fantásticos, pero Rothfuss demuestra con talento su capacidad para contar historias entremezclando elementos propios del folclore y las leyendas orales, y la creación de personajes que sin ser heróicos tampoco cumplen los cánones del antiheroe clásico.
Sin embargo el libro dista de ser la obra maestra que algunos pregonan. El ritmo cambia bruscamente a medida que se va saltando de una etapa a otra de la vida de Kvothe, hasta llegar a atascarse en algunos capítulos. Además, el autor intenta dar cierto tono "poético" (y lo remarco con desdén), empezando con el propio prólogo, que hacen que te plantees el seguir leyendo en momentos contados del libro. Pese a ello y con un poco de paciencia el lector descubrirá que Patrick Rothfuss es todavía un diamante en bruto. Acabada la lectura uno se queda con ganas de conocer el resto de la historia, deseando que en la siguiente noche Kvothe esté más inspirado y no se vaya por la tangente en los pasajes de su biografía.
¿Podrá convertirse Patrick Rothfuss en una de las nuevas estrellas de la literatura fantástica? De momento las ventas le han acompañado y en Estados Unidos e Inglaterra se espera con expectación la salida de The Wise Man's Fear, el segundo volumen de la saga que todavía no tiene fecha prevista (pero que se supone que será a finales de este año o principios del siguiente).
En resumen, un libro más que recomendable de un autor que hay que vigilar de cerca.
El nombre del viento es el libro número 15 del reto de lectura de las 52 semanas.
Muchas gracias a Mar, por conseguirme un ejemplar de muestra.

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