Los suburbios sueñan con la violencia. Dormidos en sus soñolientos chalets, resguardados por benévolos centros comerciales, esperan pacientemente a las pesadillas que les despertarán hacia un mundo más apasionado...
Con este párrafo impactante comienza Kingdom Come, traducida aquí como Bienvenidos a Metro-Centre (sin comentarios...), la última novela del escritor J.G.Ballard. Conocido principalmente entre el gran público por El Imperio del Sol y Crash, sus dos libros trasladados a la pantalla, el autor británico se reafirmaba en su condición de cronista de la Inglaterra más oscura. En Bienvenidos a Metro-Centre, Ballard nos ofrece una visión terrorífica de los suburbios de la Inglaterra actual a través de los ojos de Richard Pearson, publicista agresivo, separado y en paro, que se ve obligado a trasladarse a uno de los suburbios que afloran en la ruta de la autopista M25 al morir su padre durante un tiroteo en el megacomplejo comercial que rodea los suburbios. El protagonista, en su deseo de encontrar el por qué de la muerte de un padre que abandonó a su familia cuando él era un recién nacido, se ve enfrentado a la violencia y el sectarismo que impregna a la población de los suburbios y que parece emanar del propio centro comercial, como si de un horror lovecraftiano se tratase. La imagen que Ballard pinta no es nada agradable: racismo extremo nacido de la falta de un centro emocional, un camino a la locura programado por la propia sociedad, indiferencia de los centros de poder establecidos... El descubrimiento y la transformación del propio Pearson es un reflejo de lo que está sucediendo a la vista de todos en las sociedades modernas, impulsadas por un sentimiento corporativo de consumismo extremo, como se refleja en párrafos como éste:
El consumismo es el recurso más importante jamás inventado para controlar a la gente. Nuevas fantasías, nuevos sueños y antipatías, nuevas almas que curar. Por alguna extraña razón llaman a eso “ir de compras”. Pero la verdad es que se trata de la forma más pura de la política.
Ballard vuelve a demostrar por qué es uno de los precursores y una de las mayores influencias del género cyberpunk, al retratar sin ningún tapujo un presente distópico incómodamente parecido a las sociedades totalitarias pasadas, a los sueños thatcherianos, a las pesadillas orwellianas y a los futuros gibsonianos. Por algo el diccionario Collins incluyó desde el año pasado una entrada para el adjetivo ballardiano...
Una lectura imprescindible que hoy se ha publicitado a bombo y platillo debido al anuncio de la enfermedad terminal del autor. Ante esto uno no puede evitar preguntarse dónde estaban todos los homenajes hace apenas un par de años.
Pese a todo, en Bienvenidos a Metro-Centre Ballard demuestra una vez más que no ha perdido ni un ápice de su fuerza creativa. Y eso es una alegría como pocas.
Con este párrafo impactante comienza Kingdom Come, traducida aquí como Bienvenidos a Metro-Centre (sin comentarios...), la última novela del escritor J.G.Ballard. Conocido principalmente entre el gran público por El Imperio del Sol y Crash, sus dos libros trasladados a la pantalla, el autor británico se reafirmaba en su condición de cronista de la Inglaterra más oscura. En Bienvenidos a Metro-Centre, Ballard nos ofrece una visión terrorífica de los suburbios de la Inglaterra actual a través de los ojos de Richard Pearson, publicista agresivo, separado y en paro, que se ve obligado a trasladarse a uno de los suburbios que afloran en la ruta de la autopista M25 al morir su padre durante un tiroteo en el megacomplejo comercial que rodea los suburbios. El protagonista, en su deseo de encontrar el por qué de la muerte de un padre que abandonó a su familia cuando él era un recién nacido, se ve enfrentado a la violencia y el sectarismo que impregna a la población de los suburbios y que parece emanar del propio centro comercial, como si de un horror lovecraftiano se tratase. La imagen que Ballard pinta no es nada agradable: racismo extremo nacido de la falta de un centro emocional, un camino a la locura programado por la propia sociedad, indiferencia de los centros de poder establecidos... El descubrimiento y la transformación del propio Pearson es un reflejo de lo que está sucediendo a la vista de todos en las sociedades modernas, impulsadas por un sentimiento corporativo de consumismo extremo, como se refleja en párrafos como éste:
El consumismo es el recurso más importante jamás inventado para controlar a la gente. Nuevas fantasías, nuevos sueños y antipatías, nuevas almas que curar. Por alguna extraña razón llaman a eso “ir de compras”. Pero la verdad es que se trata de la forma más pura de la política.
Ballard vuelve a demostrar por qué es uno de los precursores y una de las mayores influencias del género cyberpunk, al retratar sin ningún tapujo un presente distópico incómodamente parecido a las sociedades totalitarias pasadas, a los sueños thatcherianos, a las pesadillas orwellianas y a los futuros gibsonianos. Por algo el diccionario Collins incluyó desde el año pasado una entrada para el adjetivo ballardiano...
Una lectura imprescindible que hoy se ha publicitado a bombo y platillo debido al anuncio de la enfermedad terminal del autor. Ante esto uno no puede evitar preguntarse dónde estaban todos los homenajes hace apenas un par de años.
Pese a todo, en Bienvenidos a Metro-Centre Ballard demuestra una vez más que no ha perdido ni un ápice de su fuerza creativa. Y eso es una alegría como pocas.
2 comentarios:
Como indica en la Nota del Bibliotecario, no se admiten vínculos a otras páginas. Lo siento.
"Thy kingdom come" es la parte del Padrenuestro que en español reza "venga tu reino".
Supongo que es difícil traducir "kingdom come", pero "Bienvenidos a Metro-Centre" es un total despropósito.
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