John Irving es un autor muy conocido entre el público aficionado a la narrativa contemporánea, pero no me había atraído lo suficiente como para leerme una de sus novelas. Hasta que cayó en mis manos un ejemplar de La cuarta mano.
Cuando Patrick Wallingford, periodista en un canal de mala muerte que se nutre de sucesos escabrosos y mujeriego empedernido, pierde la mano izquierda en un estúpido accidente, su vida sufre un cambio inesperado. El evento, visto por millones de espectadores una y otra vez, lo convierte en "el hombre del león", reflejo del amarillismo que cada vez más común en las noticias actuales. La pérdida de la mano representa para Patrick quizás la última oportunidad para cambiar su forma de vida. Cuando el excéntrico doctor Zajac, experto en cirugía para manos, le propone una arriesgada operación de transplante de mano, Patrick no se lo piensa. Pero hay una condición: Doris Clausen, la viuda del donante, quiere poder "visitar" la mano de su difunto marido cuando quiera.
Con este planteamiento rocambolesco el autor teje una historia amarga a ratos, cargada de cierta ironía y humor negro (aunque no tan surrealista como Tom Sharpe), pero evita caer en sentimentalismos y ñoñerías facilonas, y transmite una sensación de optimismo a lo largo de toda la novela.
Reconozco que La cuarta mano me ha encantado. He disfrutado su lectura y pienso leer más obras del autor. Un libro altamente recomendable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario