El fantasma de la guerra: Voces que susurran, de John Connolly

Bueno, ya ha caído otra novela de John Connolly y van tres en apenas unos días. Pero con Connolly me pasa lo mismo que con William Gibson: puedo estar mucho tiempo sin tocar un libro suyo y luego devorar varios del tirón.
Voces que susurran es el noveno título de la popular serie protagonizada por el detective Charlie Parker. En esta ocasión Parker ha sido contratado para investigar el suicidio de un joven soldado recién regresado de la guerra de Irak. El padre del chico quiere saber si un antiguo compañero de este maltrata a una camarera que trabaja para él, y si esto tiene relación con la muerte de su hijo. Pronto el detective descubrirá que la muerte acompaña a los soldados que sirvieron junto al muchacho pero ¿es un caso de estrés postraumático que el ejército se niega a tratar o hay algo más siniestro? ¿Qué entraron de contrabando los soldados a su regreso? ¿Qué persigue el anciano Herodes, más vivo que muerto, y la sombra a quién sirve, Aquel que Espera Detrás del Cristal? ¿Y cuál es el interés del Coleccionista y los Hombres Huecos que le siguen? ¿Y a quién pertenecen las Voces que siembran la locura a su paso?

Si los dos libros anteriores servían para profundizar en la historia de los personajes, en Voces que susurran Connolly vuelve a poner la directa y se lanza de cabeza a la maldad que puebla su obra, preparando el terreno para un futuro enfrentamiento y recuperando la figura del Coleccionista. El autor demuestra otra vez su capacidad para mantener al lector pegado a la página hasta el final, con una historia en la que se entremezcla la crítica a la guerra de Irak, la futilidad de la guerra, la ignorancia de los que son enviados a luchar para beneficio de unos pocos, el desprecio sistemático por los veteranos y la violencia de género. Y lo hace de forma directa, cruda, sin moralinas sensibleras ni soluciones fáciles.

Yo ya he empezado Cuervos, el siguiente libro de la serie. ¿Lo dudábais?