En primer lugar hay que aclarar que Roma, la novela de la antigua Roma, dista mucho de ser una novela propiamente dicha. Pese a compartir un protagonista múltiple (la familia Pinario) y una ambientación (la ciudad de Roma), Roma, la novela de la antigua Roma es más una recopilación de historias cortas que el escritor Steven Saylor coloca en orden cronológico desde la época de los primeros asentamientos de la región sobre el año 1000 a.C. hasta el periodo de esplendor de César Augusto. El autor parte de las fuentes históricas existentes, en particular del Ab Urbe condita de Tito Livio y, al igual que ésta, crea una ficción narrada en la que explica los diferentes cambios que sufre la que será la ciudad más importante de Europa desde los asentamientos de los primeros colonos hasta la instauración del Imperio. Sin llegar a la erudición y rigurosidad de autores como Colleen McCullough o Robert Graves, el autor recrea de forma amena la vida romana vista a través de los ojos de una familia patricia antigua, que sufrirá las ambiciones y las traiciones de sus pares a lo largo de los periodos más importantes de la historia de la ciudad. De Rómulo a Tarquinio, de los decenvirios al asalto de los galos, de Sila y Julio César a César Augusto, Saylor se toma libertades históricas e incluso paréntesis de años para explicar una historia que en ningún momento se hace pesada o pedante, y que sirve de punto de partida perfecto para todos aquellos que quieran tener una referencia con la que afrontar textos más profundos sobre la historia de una urbe cuyo legado perdura hoy en día.
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