Mi primer contacto con la obra de Berna Wang fue un poema leído durante la emisión del programa Música es tres de Radio 3. Luego descubrí para mi alegría que era una sección del mismo, titulada La mirada oblicua, en la que de lunes a viernes se leía un poema escrito ex profeso para el programa, y que luego se publicaba en el blog de la autora. Durante algo más de cinco años los versos de la escritora madrileña de descendencia china acompañaban a los oyentes, hablando de el amor y el desamor, las heridas sin cerrar, la soledad, la amistad y, sobre todo, la esperanza.
La sra. Wang rehuye de símiles complicados y fórmulas elaboradas para ofrecernos versos libres que impactan por su sencillez, su naturalidad y lo directo de su mensaje. El recién publicado La mirada oblícua recoge una selección de los poemas aparecidos en el espacio radiofónico y en su página web, ordenados según su fecha de emisión. Para los que seguíamos el trabajo de la sra. Wang es un feliz reencuentro con su obra mientras que aquellos que no hayan leído nada de la autora tienen una oportunidad de oro para conocer el trabajo de una poeta injustamente desconocida para el gran público.
El único problema que le veo a la edición de La mirada oblicua (además de que uno se queda con las ganas de leer una antología completa) es que incluso en una ciudad como Barcelona es muy difícil encontrar ejemplares a no ser que se encarguen. Mi recomendación sería que probarais de ir a la librería más grande de vuestra ciudad e hiciérais eso precísamente, o acudir directamente a la página web de la editorial y, ya puestos, encargad Pequeños accidentes caseros, el primer libro de la escritora (que también contiene textos aparecidos en el programa).
La sra. Wang rehuye de símiles complicados y fórmulas elaboradas para ofrecernos versos libres que impactan por su sencillez, su naturalidad y lo directo de su mensaje. El recién publicado La mirada oblícua recoge una selección de los poemas aparecidos en el espacio radiofónico y en su página web, ordenados según su fecha de emisión. Para los que seguíamos el trabajo de la sra. Wang es un feliz reencuentro con su obra mientras que aquellos que no hayan leído nada de la autora tienen una oportunidad de oro para conocer el trabajo de una poeta injustamente desconocida para el gran público.
El único problema que le veo a la edición de La mirada oblicua (además de que uno se queda con las ganas de leer una antología completa) es que incluso en una ciudad como Barcelona es muy difícil encontrar ejemplares a no ser que se encarguen. Mi recomendación sería que probarais de ir a la librería más grande de vuestra ciudad e hiciérais eso precísamente, o acudir directamente a la página web de la editorial y, ya puestos, encargad Pequeños accidentes caseros, el primer libro de la escritora (que también contiene textos aparecidos en el programa).
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