La figura del vampiro en la literatura desde sus primeras apariciones en el s.XVIII hasta la actualidad ha sufrido una drástica transformación. El monstruo demoniaco cuya imagen quintaesencial es sin duda el Dracula de Bram Stoker ha sido sustituido por una versión existencialista y filosófica que quiere reflejar la propia naturaleza humana a través de una figura que se siente condenada por su propia existencia. La responsabilidad de este giro tan drástico se debe sin duda a la publicación en 1976 de Entrevista con el vampiro de Anne Rice.
Louis, un vampiro de casi tres siglos de existencia, decide explicar su historia a un sorprendido periodista. La entrevista, que pronto se reduce a un monólogo del propio vampiro, revela el cambio psicológico al que Louis se vió enfrentado tras toparse con Lestat, el misterioso vampiro que le dió el don de la vida eterna. Pero los primeros años se revelan como una ilusión cuando Louis descubre que poco a poco su existencia se ha cargado de amargura en su búsqueda de las eternas preguntas: "¿Es esto todo lo que soy? ¿No hay nada más?".
Tan sobresaturado está hoy el patio con novelas sobre chupasangres que, pese al tremendo éxito de Entrevista con el vampiro, pocos son los que realmente ven su importancia como elemento vigorizador dentro de la novela de terror. Anne Rice se aleja de los cánones y construye un relato de horror existencialista plagado de un erotismo que termina en un acercamieto homoerótico que forjaría la imagen de los vampiros durante las siguientes décadas. Este planteamiento sin embargo terminaría por resultar en un lastre, al intentar aprovechar el éxito conseguido y convertir a Entrevista con el vampiro en la primera de las Crónicas vampíricas, serie que empeoraría título a título hasta convertirse en un burdo reflejo del original, además de generar legiones de imitadores que no harían más que empeorar la situación.
Leí Entrevista con el vampiro por primera vez hace quince años, justo antes de que se estrenase la adaptación al cine que hizo Neil Jordan, y no me pareció un mal libro. Su relectura después de tanto tiempo me ha convencido de ello. Entrevista con el vampiro es una novela que hay que leer alejado de los convencionalismos actuales del subgénero de la literatura de vampiros, y hay que tener en cuenta siempre los antecedentes históricos y el momento en el que se publica originalmente. Sólo así se puede disfrutar de una historia que pese a estar sazonada con filosofía existencialista nunca se hace lo suficientemente pesada y que mantiene su ritmo página tras página, algo que otras autoras modernas como Stephenie Meyer o Laurell K. Hamilton jamás han logrado (y dudo mucho que logren) con ninguno de sus títulos.
Entrevista con el vampiro es el libro número 16 del reto de lectura de las 52 semanas.
Louis, un vampiro de casi tres siglos de existencia, decide explicar su historia a un sorprendido periodista. La entrevista, que pronto se reduce a un monólogo del propio vampiro, revela el cambio psicológico al que Louis se vió enfrentado tras toparse con Lestat, el misterioso vampiro que le dió el don de la vida eterna. Pero los primeros años se revelan como una ilusión cuando Louis descubre que poco a poco su existencia se ha cargado de amargura en su búsqueda de las eternas preguntas: "¿Es esto todo lo que soy? ¿No hay nada más?".
Tan sobresaturado está hoy el patio con novelas sobre chupasangres que, pese al tremendo éxito de Entrevista con el vampiro, pocos son los que realmente ven su importancia como elemento vigorizador dentro de la novela de terror. Anne Rice se aleja de los cánones y construye un relato de horror existencialista plagado de un erotismo que termina en un acercamieto homoerótico que forjaría la imagen de los vampiros durante las siguientes décadas. Este planteamiento sin embargo terminaría por resultar en un lastre, al intentar aprovechar el éxito conseguido y convertir a Entrevista con el vampiro en la primera de las Crónicas vampíricas, serie que empeoraría título a título hasta convertirse en un burdo reflejo del original, además de generar legiones de imitadores que no harían más que empeorar la situación.
Leí Entrevista con el vampiro por primera vez hace quince años, justo antes de que se estrenase la adaptación al cine que hizo Neil Jordan, y no me pareció un mal libro. Su relectura después de tanto tiempo me ha convencido de ello. Entrevista con el vampiro es una novela que hay que leer alejado de los convencionalismos actuales del subgénero de la literatura de vampiros, y hay que tener en cuenta siempre los antecedentes históricos y el momento en el que se publica originalmente. Sólo así se puede disfrutar de una historia que pese a estar sazonada con filosofía existencialista nunca se hace lo suficientemente pesada y que mantiene su ritmo página tras página, algo que otras autoras modernas como Stephenie Meyer o Laurell K. Hamilton jamás han logrado (y dudo mucho que logren) con ninguno de sus títulos.
Entrevista con el vampiro es el libro número 16 del reto de lectura de las 52 semanas.
2 comentarios:
No sé... Yo lo leí hace unos años y me horrorizó el estilo de la autora. Pese a eso, lo leí hasta el final porque de algún modo, hay que admitirlo, la autora sabe darle carisma a los personajes...
Pero si debo juzgarla en conjunto, la verda es que no es precisamente uno de mis libros predilectos...
Bárbara
Yo pensé que no aguantaría una relectura después de tanto tiempo pero no me costó nada y me gustó más que la primera vez. Será la nostalgia de jugar a Vampiro: la Mascarada de Mark Rein-Hagen...
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